Inanna fue la diosa sumeria más querida en la Antigua Mesopotamia. Muchos asiriólogos consiguieron descifrar varios relatos de esta divinidad, la historia más sorprendente es el «Descenso de Inanna a los Infiernos». Es la diosa del amor y la guerra, también lo es de la prostitución sagrada. Fue la inspiración de civilizaciones posteriores, en acadia y babilonia se llamaba «Ishtar», para los hititas “Sauska”, los griegos la nombraron “Afrodita”, los romanos la veneraban como “Venus” y para los fenicios era “Astarté”.
Esta deidad tiene una personalidad rebelde, exigente y planta cara a otras deidades. Uno de los enfrentamientos más épicos de Inanna es la de su antagonista y soberana de los infiernos, Ereshkigal. Es una diosa sin un ápice de sentimiento maternal y hasta la fecha no se ha documentado ningún hijo de esta divinidad. Pero ¿qué nos cuenta la mitología sumeria de esta diosa? ¿por qué descendió al inframundo?
¿Quién era Inanna?
Hija de los dioses Nanna y Ningal, hermana gemela de Utu (Shamash). Inanna era patrona de Uruk, aunque tenía templos por toda Mesopotamia. En Sumeria había textos que se llamaban “éš-dam”, un término que también se mencionaba en tabernas o prostíbulos, conocidos como puticlubs. En varios poemas sumerios era nombrada como “Reina del Cielo”, representa el poder femenino en el panteón sumerio.
La ciudad de Uruk fue la más importante sobre el año 4000 y 3100 a.C. Hay un famoso objeto encontrado en 1940, el “vaso sagrado de Warka” conocido también como “Jarrón Sagrado de Warka” o Vaso de Uruk. Fue tallada con piedra de alabastro y muestra una fila de hombres desnudos llevando cuencos, vasijas, cabras y ovejas, todos ellos miran a una figura femenina, representando a Inanna. Su templo principal estaba en E-Anna, situado en Uruk.
Mitos de Inanna
Diálogo entre Dumuzi e Inanna
El toro salvaje que ha caído
La muerte de Dumuzi
El asesinato de Dumuzi
La infidelidad de Dumuzi
Los amores de Inanna (Ištar)
Las sábanas de la dote
La maldición de Agadé
La Boda de Dumuzi e Inanna
La astucia de Inanna
El mensaje de Geshtinanna
Amor en el Gipar
El poema de Saltu y Agushaya
El templo de Eanna
El poema de Agušaya
El nacimiento de la planta del fuego
Sagburru: la primera hechicera de la historia
El poema de amor más antiguo del mundo
Inanna y Bilulu
Inanna, Diosa de la «Infinita Variedad»
El Rito del Matrimonio Sagrado
Inanna y Šukaletuda
Enmerkar y el señor de Aratta
Exaltación de Inanna
Inanna y Ebih
Vaso sagrado de Warka
Pukku y mikku
Sexo en Sumeria
Siete himnos a Inanna
Interpretación del árbol huluppu
El retorno
El sueño de Dumuzi
El descenso de Inanna
El noviazgo de Inanna y Dumuzi
Inanna y Enki: el dios de la sabiduría
Árbol huluppu
Orígenes de Inanna
Las primeras menciones de Inanna
Inanna es una figura central en la mitología sumeria, que se remonta a los tiempos más antiguos de la civilización mesopotámica. Los registros más antiguos de esta diosa datan del período de Uruk (alrededor de 4000 a.C. a 3100 a.C.), lo que nos muestra que su culto ya estaba establecido en los albores de la historia escrita. Fue mencionada en muchas inscripciones cuneiformes, poesías y textos mitológicos, y a menudo es representada en el arte de la época como una figura poderosa y multifacética.
La diosa Inanna no sólo es una de las divinidades más antiguas de la mitología sumeria, sino también una de las más influyentes y veneradas. A lo largo del tiempo, su papel y sus atributos evolucionaron, abarcando aspectos que van desde la fertilidad y la sexualidad hasta la guerra y la justicia. Esto puede verse en cómo se fusionó y se identificó con otras deidades, como la diosa semítica Ishtar.
Asimismo, en algunas ciudades-estado de la antigua Sumeria, Inanna llegó a ser considerada la diosa suprema, superando incluso a deidades masculinas importantes como Enlil o Enki. Inanna pasó de ser una diosa local a una figura divina de alcance y poder enormes, reflejando cambios en la sociedad sumeria y en sus creencias y valores religiosos.
Características y Simbolismos de Inanna
Inanna es conocida por su complejidad y multifacetidad, que se reflejan en los diversos atributos y símbolos asociados a ella. A menudo se la representa con leones, sugiriendo su papel como diosa de la guerra y el poder.
Otro símbolo comúnmente asociado a Inanna es la estrella de ocho puntas o roseta, que se cree que representa al planeta Venus, ya que Inanna está asociada con este planeta en la astronomía y la astrología mesopotámicas. También se la asocia a menudo con diversos objetos sexuales y de fertilidad, resaltando su papel como diosa del amor y la sexualidad.
Como figura divina multifacética, Inanna desempeña un papel en numerosos aspectos de la vida y la sociedad sumerias. Su asociación con el amor y la sexualidad no sólo se refiere al amor romántico y al deseo, sino también a la fertilidad y a la vida misma. En cuanto a la guerra, se la ve como una protectora, una guerrera y una estratega, representando tanto el valor como la crueldad del conflicto.
En su faceta de diosa de la justicia y el poder político, Inanna es a menudo vista como una legisladora y una reina, mostrando tanto la benevolencia como la severidad de la gobernación. Todas estas funciones, Inanna refleja la interconexión de todos estos aspectos de la vida y la realidad sumerias, y cómo los sumerios entendían y valoraban estos aspectos.
Mitos e Historias Asociadas a Inanna
Inanna es una figura prominente en varias historias y mitos sumerios. Uno de los más famosos es “El descenso de Inanna al inframundo”, donde ella desciende al reino de la muerte para enfrentarse a su hermana Ereshkigal, y luego es rescatada por los dioses menores enviados por Enki. Este mito ilustra la temática del ciclo de vida, muerte y resurrección, así como el poder de Inanna. Otra historia notable es “Inanna y el árbol Huluppu”, que cuenta cómo Inanna cultiva un árbol para hacerse un trono y un cetro, símbolos de poder y autoridad. Además, Inanna es una figura principal en “El matrimonio sagrado de Inanna y Dumuzi”, un mito que celebra la unión divina y la fertilidad del suelo y del pueblo.
Los mitos de Inanna ofrecen una visión única de la cosmovisión sumeria. El descenso de Inanna al inframundo, por ejemplo, refleja la creencia en la existencia de un más allá y la posibilidad de resurrección. También evidencia la aceptación sumeria de la dualidad de la vida: la belleza y el sufrimiento, la vida y la muerte. “El matrimonio sagrado de Inanna y Dumuzi” representa la importancia de la fertilidad y la renovación, tanto en el sentido físico como espiritual. Estos mitos ilustran cómo los sumerios veían el poder divino y cómo concebían la relación entre los dioses y los humanos, así como los rituales y prácticas asociados con estas creencias.
Análisis sobre Inanna
Aunque Inanna es una figura central de la mitología sumeria, su influencia y su culto no se limitan a Sumeria. Inanna se convirtió en la diosa Ishtar en la mitología asiria y babilónica, conservando muchas de sus características y atributos. De manera similar, hay paralelismos entre Inanna y deidades de otras culturas antiguas, como la diosa fenicia Astarté, la egipcia Isis o la griega Afrodita. Estas conexiones demuestran cómo las ideas y las creencias religiosas pueden trascender las fronteras culturales y cómo las deidades pueden ser reinterpretadas y reinventadas en diferentes contextos.
Incluso en la actualidad, Inanna sigue teniendo un impacto en la literatura y la cultura popular. Su figura ha sido objeto de estudio y reinterpretación en la poesía y la ficción modernas. Algunos autores han utilizado la figura de Inanna para explorar temas como la feminidad, el poder y la sexualidad. Además, el mito de su descenso al inframundo ha influido en narrativas de muerte y resurrección en libros, películas y videojuegos. Esta persistencia de Inanna en la cultura moderna evidencia la relevancia continua de los mitos y las deidades antiguas en nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.
¿Inanna o Ishtar?
Esta deidad recibió diferentes nombres durante toda la historia de la humanidad. En el periodo sumerio tuvo abreviaciones como Ninni, Nin, Ininna, Ininni o Inin, todos ellos relacionados con el planeta Venus. Aunque estos nombres no eran los únicos, para los acadios y babilonios era “Ishtar”, los asirios la llamaban “Belit”. En Anatolia se le conocía como Hebat (diosa del sol), Hannahannah (diosa madre) y Shaushka (diosa de la guerra y del amor). En respuesta a esta pregunta, sería Inanna la opción correcta.
Etimología
Inanna deriva de “Reina del Cielo” o también “Dama del Cielo” (en sumerio Nin-an-ak), aunque varios asiriólogos discrepan sobre sus símbolos. Antiguamente sugerían que la «Inanna original» pudo venir de una diosa proto-eufratea, una lengua no clasificada más antigua que la Sumeria. Es posible que viniera de una diosa madre hurrita llamada “Hannahannah”, esto fue aceptado en los últimos tiempos del panteón sumerio. No obstante, hay que comentar que los asiriólogos modernos no apoyan el lenguaje proto-eufrateo.
Inspirando otras deidades
Inanna es una de las deidades más antiguas cuyos nombres se registran en la antigua Sumeria. Se encuentra entre los primeros siete poderes divinos: Anu, Enlil, Enki, Ninhursag, Nanna, Utu e Inanna. Estos siete formarían la base de muchas de las características de los dioses que les siguieron. En el caso de Inanna, como se ha señalado anteriormente, inspiraría a deidades similares en muchas otras culturas.
Con una personalidad muy diferente a la de la Diosa Madre tradicional (como se ejemplifica en Ninhursag), Inanna es una joven impetuosa e independiente; impulsiva y a la vez calculadora, amable y a la vez descuidada con los sentimientos o la propiedad de los demás o incluso con sus vidas.
El hecho de que los sumerios pudieran concebir una diosa así habla de su valor cultural y su comprensión de la feminidad. En la cultura sumeria, las mujeres eran consideradas como iguales e incluso un estudio superficial de su panteón muestra una serie de deidades femeninas importantes como Gula, Ninhursag, Nisaba y Ninkasi, entre muchas otras. Sin embargo, con el tiempo, estas diosas perdieron estatus en favor de las deidades masculinas.
La diosa eterna
Bajo el reinado del rey amorreo Hammurabi de Babilonia (que reinó de 1792 a 1750 a.C.) las diosas fueron sustituidas cada vez más por dioses. Inanna conservó su posición y prestigio al ser adoptada por el imperio asirio y neoasirio como Ishtar, diosa de la guerra y el sexo, pero a muchas otras no les fue tan bien. Nisaba, antigua escriba de los dioses y patrona de la palabra escrita, fue asimilada al dios Nabu bajo el reinado de Hammurabi y ese fue el destino de muchas otras.
Sin embargo, Inanna perduró porque era muy accesible y reconocible. Tanto las mujeres como los hombres podían relacionarse con esta diosa y no es casualidad que ambos sexos la sirvieran como sacerdotes, sirvientes del templo y prostitutas sagradas. Inanna hacía que la gente quisiera servirla por lo que era, no por lo que ofrecía, y sus devotos le seguían siendo fieles mucho tiempo después de que cesara el culto en sus templos. Estaba estrechamente asociada a la estrella de la mañana y de la tarde y en la actualidad lo sigue estando, aunque pocos recuerden su nombre.
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