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Inanna (Ishtar)

El poema de Saltu y Agushaya

Poema de Saltu y Agushaya

Tiempo estimado de lectura: 16 minutos

El poema de Saltu y Agushaya es una obra paleobabilónica del siglo XVIII a.C., redactado a instancias del rey Hammurabi (1792-1750 a.C.) cuyo nombre aparece al final del relato, y recogido en dos tablillas incompletas, consta de diez cantos líricos o estrofas. Su finalidad fue la exaltación de la diosa Ishtar en cuanto divinidad guerrera tras haberla enfrentado a una doble suya, de nombre Saltu (“Discordia”). El conjunto del mito deja intuir un fuerte sincretismo religioso, tendente a armonizar el panteón de la época.

Mitos de Inanna

Inanna y Šukaletuda

Inanna y Šukaletuda

Descenso de Inanna a los Infiernos

El descenso de Inanna

Primer canto

¡Quiero celebrar aquí a la muy grande,
a la más valiente entre los dioses,
primogénita de la diosa Ningal!
¡Quiero exaltar su poderío, su nombre!
¡Ishtar, la muy grande y heroica entre los dioses,
la primogénita de Ningal!
Sus magníficas gestas son famosas,
su modo de comportarse es inescrutable.
Siempre, cuando se lanza al ataque,
su aspecto se vuelve feroz.

Sigue una primera laguna de casi 40 líneas, en donde continuaba la glorificación de la diosa.

¡Entre los dioses y los reyes ella danza con toda su virilidad!
¡Sobrepasando a todas las diosas está Ishtar!
¡Quiero cantar su gloria!

(Su antífona).

Segundo canto

Ella tiene firmemente en su mano la totalidad de los poderes y los extiende allí donde le lleva su corazón. Ishtar tiene la riendas de todos los pueblos entre sus manos y todas sus diosas están atentas a las órdenes que da. Su palabra es soberana y su decreto definitivo. Ningún dios se atreve a llevarle la contraria en su Asamblea.

Nueva laguna de unas 35 líneas, donde se continuaba con el panegírico de la diosa. 

Gracias a ella los jóvenes rivalizan entre sí, tal como seguirán haciéndolo luego.

¡La valentía la acompaña! ¡Ishtar es trascendente, sabe como vencer!

(Su antífona)

Tercer canto

Su fiesta es guerrear, entrechocar a los combatientes, excitar a los oficiales, desenfrenar a las tropas. Su fiesta es guerrear, entrechocar a los combatientes y excitar a los oficiales, desenfrenar a las tropas. El estar rabiosa en la batalla, abrirse al combate es el premio que se ha dado a su naturaleza. ¡Eso demuestra lo que sabe hacer!

Faltan aquí otras 35 líneas, algunas mutiladas y otras pérdidas. Después de esta introducción laudatoria, comenzaba la narración del mito. En tales líneas los dioses reciben quejas como consecuencia de los abusos que Ishtar hacía de sus prerrogativas y de su pendenciera personalidad. 

Cuarto canto

Anu le ha regalado cetro real, trono y corona. Le ha sido confiado el universo. El dios Ea (Enki) la dotó de coraje viril, hazañas y fuerza. El la rodeó de relámpagos y resplandores. Sí, frente  a los hombres, la dotó de tal aspecto terrorífico. La cargo con un resplandor sobrenatural, de terrible majestad y valentía. Y en ella, el impulso de su corazón solo se centra en proezas y combates. Incluso en la mansión del príncipe Ea se le ha dicho:

“¡Mantendrás tu aspecto terrorífico!”.

Causa miedo más que un toro, cuando desencadena su alboroto. No se la puede detener con frenos: ella se escaparía, pues es demasiado fuerte. He aquí por que Ea, el sabio, se puso inquieto. Estaba lleno de cólera contra ella y en su contra se enojó. 

Las tres líneas del final de este canto están casi perdidas, faltando además cerca de 25 líneas 

Quinto canto 

Se inicia también con la pérdida de unas 20 líneas. En esta laguna, y a deducir del contexto, se supone que Ea debía informar y proponer al resto de los dioses un plan para refrenar a Ishtar. Además crearía una doble de tal diosa para que Ishtar se diera cuenta de cómo era realmente y en el caso de un enfrentamiento lograr que redujese los excesos que cometía. Cuando el texto se hace legible, Ea está describiendo a la nueva doble femenina. 

Estará llena de estratagemas (así estaba hablando Ea) y de seguridad. Tendrá suficiente fuerza para capturar a este torbellino perpetuo. Será temible. Y su cabellera será espantosa, más activa que un lujurioso vergel. Poderosa en su contextura, ella conspirará, prepotente, y vociferará de modo continuo. No se detendrá ni de día ni de noche en levantar clamores furibundos. Los dioses, reunidos en Asamblea y comentando entre ellos el proyecto que les había sido planeado y que los sospechaba, lo remitieron a Ea, el principe, diciéndole:

Únicamente es a ti a quien conviene hacer tal obra, fabricar dicha rival. ¿Quién, excepto tú, podría llevarla a cabo?

Ea, el sabio, accedió a aquella petición. Limpio hasta siete veces la porqueria de sus uñas; luego la modelo con la saliva de su boca, y así fue como Ea, el príncipe, creó a la señora Saltu.

Ea, sin atender nada más, se decidió. Creo a la señora Saltu para que se enfrentará a Ishtar. 

(Su antífona) 

Su estatura era sublime, sus proporciones sobrenaturales. Era astuta como nadie e incomparablemente agresiva. Saltu tenía una elevada estatura y proporciones sobrenaturales. Era tan astuta y poderosa que nadie le era comparable. Sus músculos eran los de un guerrero, combatir era su cabellera. 

Sexto canto

Se inicia una laguna de alrededor de 10 líneas

Saltu era fuerte, de enorme altura, de musculatura temible, de vigor reforzado. A modo de vestimenta Saltu estaba vestida de batallas. Rugiendo como una inundación, prodigiosa de contemplar, ¡y todo lo que salía de su boca alcanzaba siempre su efecto!

Laguna de dos líneas.

Viéndola así, entonces Ea, el señor, abrió la boca y a la propia Saltu que había creado le ordenó: 

¡Estate atenta! ¡Presta atención! obedece mis órdenes, concede atención a mis mandatos y haz todo lo que yo te ordene. 

Dichas aquellas palabras, Ea le significó: 

Existe una diosa, única, valiente más que todos los demás dioses, cuyas hazañas son trascendentes; su actividad, extraña e incomprensible. Su nombre sumerio es el de Innina (Inanna), la experta en armamentos. Es la señora de las soberanas, la astuta hija de Ningal.

Nueva laguna de tres líneas.

¡Y bien! Es para humillarla y someterla por lo que te he creado a ti. Y que con mi sabiduría, he enriquecido tu prestigio con heroísmo y con vigor. Ahora, ¡parte sin más! Vete hasta tu casa y armándote de terror apostrófala. Ella se lanzará contra ti y dirigiéndote la palabra te llamara gritando:

“¡Eh! ¡Muchas! ¿De quién eres sirvienta? ¡Desvela tus intenciones!”.

Pero ni, aunque se irrite, no cedas a su furor. No le respondas nada que le pueda apaciguar el corazón. ¿Que te podría arrancar a ti, que eres criatura salida de mis propias manos? Hablale con arrogancia todo lo que debes decirle. 

Al final de este canto el escriba borro intencionadamente seis líneas.

Séptimo canto

¡Altiva se levanta Saltu, porque Ea, en el seno del Apsu, le ha conferido el poder!

(Su antífona)

El dios Ea envió, pues, a Saltu, de estatura gigante, colmándola con invectivas, con desprecios y provocación. Ea, el sabio, el muy prudente, le multiplicó las palabras para fortalecer el corazón de Saltu. Le desveló los rasgos concretos de la reina Ishtar: 

¡“Ishtar-es-la-más-fuerte-de-todas-las-diosas”!

Él le narró todas sus hazañas, le alabo su gloria para que, si llegaba el momento, no retrocediera ante ella.

Sigue una laguna de 12 líneas.

Te deberás hablarle bien (continuaba diciendo Ea), aunque sus órdenes prevalecerán. Serás tú la más fiera, pero ella es única ante sus propios ojos.

Pequeña laguna de 2 líneas.

¡Se enorgullecerá a tu costa! Sin embargo, no te separes de la soberana de los pueblos.

Una nueva laguna de unas 20 líneas (mutiladas o perdidas) impiden conocer los consejos que el dios Ea comunicaba a Saltu, tendentes a encorajinarla contra Ishtar.

Ella es la suprema (Proseguía diciendo Ea), ella es la soberana, la astuta, está plena de valentía, es además maléfica. Rodeada de tornados acude a la guerra. Su interior es todo furor a modo de marejadas de mar. Si ella se apodera de ti, tus recriminaciones seran inutiles. Inescrutables son los planes de la sagaz Soberana de los pueblos.

Y Saltu, ante aquellas palabras, plena de furor, cubriendo su rostro de terror, atenta al peligro, concentró en sí todas sus fuerzas.

Octavo canto

Faltan unas 20 líneas en las cuales se recogerían la respuesta y reacción de Saltu a los consejos de Ea y el conocimiento por parte de Ishtar de la existencia de una rival. A fin de saber de quién se trataba, la diosa envía a su mensajero Ninshubur a averiguar noticias de Saltu.

¡Vete! (Le ordenó Ishtar a su mensajero Ninshubur). Da orden de que te preparen lo necesario y encamínate para que conozcamos las pruebas de su poderío. Examina su caso por mi. Estudia los lugares que frecuenta Saltu, averigua sus signos particulares, sus características. Y regresa contándome que es lo que hace, cuáles son sus intenciones.

Ishtar, cogiéndole del brazo, continuó diciendo a su mensajero:

Oh Ninshubur, el más sagaz de los mensajeros, prudente, poderoso y avispado. ¡Parte! ¡Ponte en camino, oh héroe!

Ninshubur marchó para satisfacer a Ishtar y recorrió el camino en dirección al Apsu, hasta que por fin llegó ante ella, ante Saltu. La observó de cerca y examinó a la diosa, luego midió mentalmente su estatura.

“Se comporta asustante (se decía Ninshubur), es diferente a todos. Tan solo confía en sí misma, temerariamente. Está revestida de un resplandor sobrenatural. Deberá abandonarla para permanecer a salvo, pues es irritable, brutal, asesina. Tiene poder absoluto sobre hombres y mujeres y el alboroto que hace es espantoso”.

Estos fueron los signos que el mensajero retuvo.

Nuevamente se interrumpe el relato a causa de las pérdidas de unas 25 líneas. En ellas se hablaría del regreso de Ninshubur ante Ishtar, de su informe y de la decisión de esta en enfrentarse a su rival. Cuando el texto se hace legible las dos diosas se hallan frente a frente.

¡En presencia de la divina Ishtar!

(Su antífona). 

Ishtar se lanzó con fogosidad, la más sabia de las diosas, la más fuerte, y se encargó con cuidado y vigor en hacer triunfar su propia superioridad. En efecto, la valiente Ishtar, la más sabia de las diosas, y la más fuerte, se encargó con cuidado y vigor en hacer triunfar su propia superioridad. Invocando sus sublimes hazañas, rechinando sus dientes contra sus enemigos, sin volver la espalda, aquella que lo controla todo por encima de todas las diosas, transformada en guerrero, profiriendo palabras fogosamente, expone las pruebas de su absoluto poderío.

Noveno canto

Una muy significante laguna de unas 120 líneas (final del canto octavo, todo el noveno y comienzo del décimo) impide conocer la continuidad del relato. Al hacer inteligible la tablilla, Ishtar, llamada ahora Agushaya, nombre concedido por alguna razón que ignoramos y recogido en la laguna perdida, está reprochando a Ea la creación de Saltu.

Décimo canto

Agushaya (…), la astuta, abriendo su boca, le dijo a Ea, el señor:

¿Por qué, oh señor, has creado a esa Saltu, que ruge como la inundación? ¿Por qué la has creado cuando sabes que la hija de Ningal, yo, soy única?

Nueva laguna de 33 líneas, en las cuales Ishtar continuaba con sus improperios contra Saltu.

Tú, oh Ea (continuó diciendo Ishtar, llamada ahora Agushaya) le has consentido sus actos temerarios, pero Saltu ha emitido determinadas pretensiones contra mí, ha levantado su grito contra mi. ¡Ella debe desaparecer!

El dios Ea respondió a Ishtar-Agushaya, la más valiente de las diosas:

Lo que tu has solicitado voy a realizarlo al instante. Tu me has estimulado y me has animado a eliminarla. Así lo voy a hacer. ¡Y me has dado una gran alegría! A fin de que las generaciones venideras sepan cual fue mi designio produciendo y creando a Saltu, habrá cada año, a su comienzo, debidamente instituida, una danza. Echa entonces una mirada sobre todos los hombres, Agushaya.

Se hallaran divirtiéndose a pleno aire. Escucha sus llamadas, controla lo que hacen y ten presente sus deseos. En cuanto al rey, que con este canto ha comprendido los signos se tu valentía y de tu gloria, Hammurabi de Babilonia, bajo cuyo reinado y por este canto se compuso este canto en tu honor y alabanza, que lo que se ha hecho para él, ¡le sea conferido para toda la duración de su vida!

Falta el final de este canto, en total unas 20 líneas. Cuando vuelve a ser legible el texto, sus diez primeras líneas son incomprensibles, si bien parece ser que las prerrogativas de Saltu han sido entregadas a Agushaya. Si se ha conservado la doxología final.

Doxología final

¡Si! ¡Celebró a Ishtar, la reina de las diosas! ¡Canto a Agushaya y a su poderío, porque ella es muy hábil! en cuanto a Saltu, (…), la criatura creada por Ea, el príncipe, lo había sido a causa del comportamiento de Agushaya, para que, con ello, todos supiéramos los signos de su poderío y magnificásemos su grandeza. 

¡Porque Ea le ha restituido su predominio. Así, se pudo apaciguar el corazón de la leonina Ishtar!

(Su antífona).

Una última línea incompleta cierra el mito.

Ahora que Agushaya (…).

Mitología Sumeria

Agušaya

El poema de Agušaya

Referencias

  • Federico Lara Peinado (2017). Mitos De La Antigua Mesopotamia: Héroes, dioses y seres fantásticos. El poema de Saltu y Agushaya (pag.513). Editorial Dilema. ISBN 8498273889.

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