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Inanna (Ishtar)

El poema de Agušaya

Poema de Agušaya

Tiempo estimado de lectura: 37 minutos

El Poema de Agušaya sólo se conoce a través de un manuscrito o, quizá, de dos; se trata de dos tablillas, de origen desconocido, que se han conservado y publicado de forma independiente. La primera de ellas (que pertenece al museo de Berlín) fue publicada en 1913 por H. Zimmern (texto cuneiforme reproducido en Vorderasiatische Schriftdenkmäler, X, n.º: 214; estudio y traducción realizados en Ištar und Saltu, ein altakkadisches Lied); la segunda (desaparecida con posterioridad a su publicación) fue publicada por el P. V. Scheil («Le Poème de Agušaya», en Revue d´Assyriologie 15 [1918], p. 169 ss.).

El poema en su conjunto, fue reeditado por la Sra. Br. Groneberg en las páginas 39-94 de su tesis, inédita, titulada Untersuchungen zum hymnisch-epischen Dialekt der altbabylonischen literarischen Texte. Aunque es posible que estos dos textos no se deban a la misma mano, ambos ofrecen, en cambio, una conexión, siendo posible que se tratara de dos copias antiguas, casi contemporáneas, a juzgar por su grafía y ortografía. Éste, datado explícitamente (II/VII: 6’) en el reinado de Hammurabi (1792-1750), está redactado en acadio, un dialecto literario bastante artificial, reservado para la gran poesía y del que, por desgracia, no se conservan muchos documentos.

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El Rito del Matrimonio Sagrado

Detalles sobre el poema sumerio

En este poema se utilizan unos giros y un vocabulario propios de la lengua y de la lírica antiguas, que conocemos bastante mal. Además presenta una gran concisión y, en él se realizan alusiones que, en muchos casos, nos resultan muy complejas y rebuscadas. La existencia, dentro de nuestro texto, de numerosas lagunas nos impide llegar a conocer, en bastantes ocasiones, muchas de sus imágenes y giros, lo que viene a dificultar de manera muy considerable nuestra comprensión de la pieza.

A pesar de estos problemas, se ha podido llegar a conocer la trama general del mito y su sentido gracias a los esfuerzos de algunos estudiosos, en especial, los debidos a B. Groneberg, que ya hemos mencionado, y a B. Foster («Éa and Saltu», p. 79 ss., en Essays on the Ancient Near East in Memory of J.J. Finkelstein). Podemos llegar a hacernos una idea de este hermoso texto, que sería una lástima no dar a conocer al público, gracias a la intercalación dentro del poema de un breve comentario cuya finalidad es suplir, en la medida de lo posible, las lagunas que presenta.

No hemos situado este poema al inicio del apartado dedicado a la Ištar «guerrera» debido a la fecha de su redacción, que es bastante antigua, sino porque ofrece una visión muy general de dicha diosa, desde el punto de vista de su vertiente bélica. En este caso, y a diferencia de otros que posteriormente veremos, el poema no trata sobre una guerra en concreto dirigida por esta diosa, sino que se centra en la propia personalidad, marcial y agresiva, de ésta.

El poema se caracteriza por presentar una construcción muy diestra y culta que, quizá, llegue a un nivel demasiado elevado como para que nosotros seamos capaces de percibir todas las sutilezas líricas e, incluso, todo su potencial significativo. Sin embargo, y teniendo en cuenta que, por una vez, nuestros manuscritos han conservado explícitamente la disposición de los versos, podemos conformarnos con llegar a reconstruirla. El poema está dividido en diez ki.ru.gú, término sumerio cuyo equivalente acadio es šêru, «canto», que aparecen numerados e indicados como tal al final de cada uno de ellos.

Se trata de una especie de estrofas o coplas. A cada uno lo sigue un giš.gi.gál, mihru en acadio, especie de «responso», con una extensión de dos, tres o cuatro versos, en el que, por lo general, se retoma, a modo de eco, y en ocasiones con las mismas palabras, uno de los elementos expresados en la «copla» precedente —que, en algunas ocasiones (I/IV: 23 s.) anuncia lo que viene a continuación—.  En nuestro texto traduciremos las indicaciones métricas, musicales o escénicas —que se reproducirán entre guiones, a pesar de que sus implicaciones se nos escapan casi por completo (ver III, n. 16).

La historia

El contenido de cada tablilla se encuentra repartido en ocho columnas, cuatro en el anverso y cuatro en el reverso, cada una de ellas con cincuenta versos. Así pues, el poema en su conjunto debía de contar, originalmente, con una extensión total de unos 800 versos. Se trata de versos cortos, cada uno de los cuales, en realidad, debía de corresponder a un hemistiquio. Actualmente sólo conservamos, aproximadamente, la mitad de dicho poema.

I/I: 1 ¡Celebro a la más suprema,
La más valiente de entre los dioses!
Exalto el poder
De la hija de Ningal
5 ¡Sí, de la muy suprema Ištar,
La más valiente de entre los dioses,
La hija de Ningal,
Repito, ensalzo su poder!
¡Sus hazañas son famosas,
10 Sus ardides, sibilinos:
Ella siempre está peleando
Y con una actividad desconcertante!

(Estrofa I) Panegírico de la diosa

Alrededor de cuarenta líneas perdidas: probable continuación de la glorificación de la diosa.

II: 1 ¡Ella «baila» (ante ?) los dioses y los reyes
Con toda su virilidad!
—(Fin de la) primera copla—
¡Alabo a Ištar,
5 La diosa suprema!
—Responso (de la mencionada copla)—
¡En sus manos sostiene
Todo el conjunto de «Poderes»
Que distribuye según su voluntad!
10 Ištar sostiene en sus manos
Las riendas de los pueblos
Y sus diosas se cuidan
De sus órdenes!
¡Su palabra [es soberana (?)]
15 Y su decreto [es definitivo (?)]!
16 s. Ningún [dios(?)], en su Asamblea,
[se atreve a oponerse a ella (?)]

(y responso) (estrofa II)

Alrededor de 35 líneas perdidas: aparentemente parece que proseguía el lisonjero retrato de la diosa.

III: 1 Los hombres son […],
Como posteriormente (?).
—(Fin de la) segunda copla—
El valor la acompaña:
5 ¡Ištar, la extravagante, se despliega para vencer!
—Responso (de la mencionada copla)—
Su fiesta consiste en pelear,
En enfrentar a los combatientes,
En excitar a los oficiales (?),
10 En desatar a las tropas—
¡La fiesta de Ištar consiste en pelear,
En enfrentar a los combatientes,
En excitar a los oficiales (?)
En desatar a las tropas!
15 ¡Su rabia al combatir,
Su entusiasmo al batallar,
Revelan su verdadera naturaleza
[Y demuestran (?)] qué (sabe) hacer!

(y responso) (estrofa III)

24 líneas mutiladas e intraducibles y otras 10 perdidas. Parece que aquí terminaba el panegírico y que, a continuación, podía iniciarse la acción del mito propiamente dicha, expuesta de forma narrativa. Parece que los dioses reciben una queja como consecuencia del abuso que Ištar hace de sus prerrogativas, el mal carácter de la diosa, su humor pendenciero y el miedo generalizado que suscita.—

IV: 1 «¡El cetro real, el trono y la corona
2 a Le han sido entregados:
2 b A ella se le ha otorgado el universo!
¡Ha sido dotada del valor de los hombres,
De sus hazañas y de su valor!
6 ¡Se la ha rodeado
5 De relámpagos y brillos!
7 s ¡Sí, ante los hombres,
Se la ha dotado de este terrorífico aspecto!
8 Ha sido cargada de un brillo sobrenatural,
Con terror y con valor,
10 Y ella sólo piensa en proezas
No piensa más que en combatir.
‘Incluso ante Éa, el Príncipe (?) (se le dijo)
Tú conservarás (tu) aspecto horroroso.’
¡Provoca más temor que un toro
15 Cuando desencadena su alboroto!
¡Es imposible de controlar—
Se escaparía: es demasiado fuerte!»
18 s. Todo esto causa en Éa, el Sabio,
inquietud:
20 No estaba contento con ella
Y se disgusta con ella.
—(Fin de la) tercera copla—
«¡Oíd (dijo) […]
Mientras Ištar esté ocupada […]
25 Los supremos […]!
—Responso (de la mencionada copla)—

(estrofa IV) Ventajas y prerrogativas de Ištar

Faltan alrededor de 25 líneas al final de la columna IV y 20 al inicio de la V. En ellas, sin duda, Éa debía de informar y proponer al resto de los dioses, su plan para poner remedio a esta enojosa situación: para calmar a Ištar, él crearía, de acuerdo con el modelo de aquélla, una especie de anti-Ištar, gracias a la cual se vería cómo es realmente y, podría enfrentarla a ella y, con suerte, lograr que redujese sus excesos. En el momento en que el texto continua, Éa está describiendo a esta sosias femenina:

V: 2 «¡Ella estará […]
Y llena de seguridad […(?)]
Ella tendrá suficiente vigor
5 ¡Para amenazar a esta perpetua agitadora!
[¡Ella ser]á temible,
Y su cabellera, [hor]rorosa (?)!
Más activa que […(?)],
10 Ella intrigará, prepotente,
Y vociferará infatigable,
No dejando nunca, ni de día ni de noche (?),
¡De producir furibundos clamores!»
Reunidos y hablando
15 De este proyecto que los sobrepasaba,
Los dioses lo remitieron
A Éa, el Príncipe (?):
19 «¡Es a ti a quien conviene
18 Una obra de este tipo!
20 s. ¿Quién, sino tú,
Podría llevarla a cabo?»
23 Ante esta petición,
22 Éa, el Sabio
Limpia siete veces
25 La tierra de (debajo) de sus garras,
La amasa, la cuece.
¡Así fue como Éa, el Príncipe (?)
Creó a la Señora «Querella» (Saltu)!
—(Fin de la) cuarta copla—
30 Éa, sin esperar más,
Se decidió:
¡Creó a la Señora «Querella»
Para que se enfrentase a Ištar!
—Responso (de la mencionada copla)—
35 Era de vigorosa estatura.
Sus proporciones (eran) sobrenaturales:
Era tan astuta y fuerte
Que nada se le podía comparar—
¡«Querella» era muy alta.
40 De proporciones sobrenaturales:
Era tan astuta y fuerte
Que nada se le podía comparar!
Sus músculos eran los de un guerrero;
Su cabellera, buscaba camorra

(estrofa V) (Continuación del) retrato, realizado por Éa, de la diosa

VI: alrededor de diez líneas perdidas.

2 ¡Fuerte […]
Más alta que […]
De temible musculatura,
5 Con un vigor reforzado!
Como vestidura,
«Querella» estaba cubierta de guerras:
Retumbando como la crecida (de un río),
Digna de ser contemplada,
10 ¡Ella provocaba temor!
¡De pie, en pleno Apsû,
Inflexible!
¡Y todo lo que salía de su boca
Siempre lograba el efecto deseado!
Entonces Éa, el Señor, abrió la boca
15 Y a la misma «Querella»,
Creada por él, le ordena:
«¡Hola! ¡Escucha!
¡Obedece mis órdenes,
Acata mis mandatos,
20 Y haz aquello que yo te ordene!
¡Existe una diosa, única y valiente
Mucho más que las demás,
Cuyas hazañas son muy destacadas
Y su actividad extraña e incomprensible!
25 ¡[S]u n[ombre] es Innina,
[La ex]perta en armamento!
¡Es la Señora de las señoras,
La astuta hija de Ningal!
¡Pues bien! ¡ha sido para humillarla, a ella,
Para lo que yo te he creado!
32 s. ¡Y, con mi sabiduría,
Enriquecí tu prestigio
31 Con valor y con vigor!
¡Parte, ahora!
35 ¡Vete hasta su morada
Y, armándote de terror,
Incrépala!
Ella se arrojará sobre ti
Y, digiriéndote la palabra,
40 Te dirá gritando: “¡Eh! ¡Muchacha!
¡Muestra tus intenciones!”
¡Tú, sin embargo, ante su furor
No cedas:
45 No le respondas ni una sola palabra
44 Que le tranquilice el ánimo!
¿Qué va a poder sacarte ella,
A ti, criatura salida de mis propias manos?
¡Dile con arrogancia
Todo aquello que tienes que decirle!»

(estrofa VI): Éa da a «Querella» las indicaciones necesarias para realizar su misión

VII: seis líneas borradas: ¿un arrepentimiento del copista?

—(Fin de la) quinta copla—
3 ¡Ferozmente, «Querella» se levanta,
Pues Éa, en el Apsû,
5 Le ha conferido el poder!
—Responso (de la mencionada copla)—
Entonces él manda a «Querella»,
De gigantesca estatura,
Animándola con invectivas,
Con desprecio y con insultos,
10 Éa, el Sabio, el Muy Prudente,
Añadiendo, entonces, algunas palabras
Dirigidas al ánimo de «Querella»-
13 s. Le desvela los rasgos concretos
De Ištar, la Reina:
14 s. «¡Ella, en persona, es
La más fuerte de las diosas!»
Le narra todas sus hazañas,
Alaba su gloria,
Para que, llegado el momento, no se eche atrás.
19 s. ¡Su rasgo concreto (le dice),
(Es ser) diosa de los oficios supremos,
20 s. La Señora a la que nadie
Se atreve a cerrar el paso!
Que provoca la rabia […]
Cuando ella quiere […]:
Fur[ibunda…]

Once líneas con lagunas.

36 s. ¡Tú tendrás que hablar bien,
[Sus] órden[es] prevalecerán!
¡Tú serás la más fiera,
Ella, a sus ojos, es única!

Dos líneas borradas.

¡Ella se enorgullecerá a tu costa!
Sin embargo, no te separes de la So<bera>na de los pueblos!

VIII: las diez o doce primeras líneas se han perdido o están excesivamente mutiladas

11 ¡Ella es la suprema […]
[…]
[…]: ella es soberana!
La astuta […]
15 Ella vigila […]
[…] valentía.
Su […] es maléfico/a,
Ella domina […]
<Rod>eada de tornados,
20 [Ella…] la guerra.
21 s. ¡Su alma es, toda ella, furor
Y marejadas del mar!
[¡Si] ella se apodera de ti,
Tus recriminaciones [serán v]anas!
[¡Inescrutables son] los planes
25 [De la] sagaz [Sob]erana de los pueblos!
26 s. Y [«Quer]ella», en vez de enfurecerse,
Cubriendo su mirada de pavor,
29 [Ate]nta al peligro,
28 Concentra aún más sus fuerzas

Dos líneas mutiladas.

32 Sin saber […]
—(Fin de la) sexta copla—

Faltan alrededor de veinte líneas, entre las cuales se encontraban, al menos, el «responso» de la sexta estrofa y el inicio de la séptima. Ištar, una vez conocida la existencia de «Querella», quiere saber más sobre ella, y envía a su paje Ninšubur en busca de noticias.—

1 ¡Vete! […]
Ordena […]
Pr[epár]ate (?) […]
¡Para que conoz[camos]
5 Pruebas de su fuerza!
Examina su caso por mí:
¡Estudia los [lug]ares en que mora (?).
Entérate de sus características particulares,
E infórmame de lo que hace!
11 ¡Oh Ninšubur, el más sagaz
De los mensajeros,
Circunspecto, poderoso y sagaz!,
¡Parte! ¡Ponte en camino, campeón!
14 s. ¡Él, entonces, partió y recorrió la campiña
En dirección al Apsû,
Hasta que se encontró con ella!
Él la observó de cerca,
Examinó a la diosa […].
Y midió su estatura.
20 «¡Se comporta con astucia (se decía a sí mismo),
Indiferente a todo:
Sólo confía en sí misma,
Terriblemente temeraria!
Está envuelta por un brillo sobrenatural:
25 La abandoné para permanecer a salvo,
Pues es irritable, brutal, asesina,
Tiene poder total sobre hombres y mujeres,
Y causa un alboroto tremendo!»
Éstas fueron las características que él retuvo (en su memoria).

II: faltan aproximadamente 25 líneas al inicio de esta columna. Entre tanto, y como Ninšubur ya había informado a su ama de todo aquello que sabía acerca de «Querella», Ištar decide enfrentarse con su rival. Cuando termina la estrofa, tal como se deduce de lo que se conserva del responso, las dos diosas están frente a frente.

[…]
[…] «Querella»,
¡[En presencia] de la divina Ištar!
—Responso (de la mencionada copla)—
11 ¡Ella se abalanza con ardor,
La más sabia de las diosas, la más fuerte,
14 Y, con cuidado y vigor, intenta
13 Hacer triunfar su propia superioridad!—
15 ¡Sí, Ištar, la valiente,
La más sabia de las diosas, la más fuerte,
18 Intenta, con cuidado y vigor,
17 Hacer triunfar su propia superioridad!
Invocando (?) sus hazañas,
20 Echando espumarajos por su boca, contra sus enemigos,
Sin ceder terreno
Aquella que prevalece sobre todas las diosas,
Transformada en guerrero, declara,
25 ¡Revela con aspereza
Los testimonios de su omnipotencia!

III-V: se han perdido por completo: se trata, aproximadamente, de un total de 120 líneas (el final de la VIII estrofa, toda la IX y el inicio de la X), quedando, así, gravemente amputada la continuación del relato. Cuando se recupera la narración, a Ištar se la llama bajo bajo la denominación de Agušaya, nombre que se le debió de conceder, por algún motivo, a lo largo del pasaje perdido.

VI: faltan aproximadamente siete líneas.

8 Agušaya […]
La as[tuta abre la boca]
10 [Y dice] a Éa [el Señor]:
11 ss. «¿Por qué has creado [a esta «Querella»]
Que retumba como la crecida (del río)?
Para (?) […]
¡Cuando la hi[ja de Ningal (?)] es única!»

Se han perdido las 33 líneas con las que acababa esta columna. En ellas Ištar debía de continuar con sus improperios contra «Querella».

VII:1 «Tú has autorizado sus proezas:
Pero «Querella» ha planteado
Una serie de pretensiones en mi contra:
¡Ella debe desaparecer!»
5 Éa, entonces, abrió la boca
Y dijo a Agušaya, la más valiente de las diosas:
8 Aquello que has solicitado
7 «Al instante llevaré a cabo
¡Eliminándola (?), me has favorecido
10 Y me has dado una alegría!
14 [Para] que las futuras generaciones
13 Sepan cuál fue nuestro objetivo
11 s. Al crear y dar forma a «Querella»,
15 Anualmente tendrá lugar
¡Un «baile», que se desarrollará, tal como corresponde,
En el parsimu (?) del año!
¡Agušaya, míralos a todos!
Ellos, al aire libre, se divertirán:
20 ¡Escucha sus súplicas,
Míralos como se humillan (?),
Y atiende sus deseos!
Por lo que respecta al rey que, a través de este canto,
25 Aprendió, gracias a nosotros
y en beneficio de tu gloria,
24 Los testimonios que dan cuenta de tu valor,
26 s. A Hammurabi, bajo <cuyo> reinado se compuso
¡Este canto en tu honor y alabanza,
Que, por siempre, le sea concedida vida!

Faltan aproximadamente 20 líneas: todo el final de la columna VII.

VIII: las 10 primeras líneas son oscuras y difíciles de comprender: en ellas parece adivinarse que las prerrogativas de «Querella» han sido transferidas a Agušaya, pero no por completo.

11 ¡Sí, celebro a Ištar,
La reina de las diosas!
¡Canto a Agušaya y a su fuerza,
Porque es muy hábil!
15 ¡A «Querella», la […],
La había creado Éa, el Príncipe,
Por causa de Agušaya,
Para que, con ello, todos supiésemos
Los signos de su poder
20 Y magnificaremos su grandeza!
—(Fin de la) décima copla—
Porque (Éa) le restituyó su Preeminencia!
¡Se calmó el ánimo
De Ištar, la Leona,
25 — Responso (de la mencionada copla).—
Segunda tablilla de Agušaya.

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Amor en el Gipar

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4. A pesar de las lagunas que presenta el texto y de su extrema complejidad lingüística, que hace que la traducción de más de un pasaje resulte incierta, el conjunto del relato es bastante comprensible. Este, al igual que sucede con frecuencia con este tipo de textos (V, § 2), aparece enmarcado por una serie de pasajes líricos dedicados a alabar a su heroína.

El más largo comienza al inicio de la primera tablilla (I/I: 1) y debía terminar en la fractura del final de la columna III. El último es la doxología final (II/VIII: 11-25). En él se insiste en la superioridad de Ištar (11)/ Agušaya (13), en su fuerza, su valor y su gloria. Sin embargo, se aprecia que el autor, al concederle a la diosa esta segunda denominación, hace referencia a ese aspecto de su personalidad constituido por sus capacidades marciales.

Dichas capacidades se ponen de manifiesto, con total evidencia, en el himno introductorio (I/I: 2; 6; 9 s.; II: 21; III: 4-18), y es, sin duda, esta belicosidad la que constituye el tema y el móvil esencial del mito propiamente dicho, al igual que sucede en Enki, encargado de organizar y ordenar el mundo (6: VIII, § 17), en el que se retratan los excesos de dicho dios.

5. Así pues, cuando, de acuerdo con nuestro texto, se inicia la narración (I/IV: 1 s.), ésta se centra en el lamento tanto de los inconvenientes de la soberanía y de la independencia de la diosa, como de su carácter combativo: ella sólo piensa en la agitación, en la agresión y en la trifulca (10 s.), siendo, incluso, capaz de alborotar la calma de la morada subterránea de Éa (12 s.; comp. 18: 27).

Todo el mundo está atemorizado por la diosa, hasta los desgraciados mortales, víctimas de los combates que ella provoca sin cesar (7 s.; 14 s.). Nadie es capaz de poner fin a esta senda fatal. Este comportamiento, por tanto, la ha convertido en peligrosa y la ha hecho insoportable. Las quejas dirigidas a los dioses posiblemente llegaron a tal extremo que éstos, de acuerdo con su costumbre habitual (XIII, § 11; XIV, §§ 11 y 17 …), tuvieron que reunirse en asamblea para tomar una decisión: así parece sugerirlo I/ v: 14′, si bien la mutilación del texto hace que sea imposible confirmarlo. En cambio, sí que está muy claro que Éa, que había organizado el mundo de tal modo que funcionase como un sistema que, de manera ininterrumpida, produjera todos aquellos bienes que los dioses necesitaban, sistema cuyo funcionamiento se veía dificultado, detenido o perturbado como consecuencia de la guerra, se irrita a causa de esta situación (IV: 18-21).

No obstante, encuentra, al instante, de acuerdo con su costumbre, un remedio para este mal y presenta el proyecto a los dioses (rv: 23 s. que proseguía a lo largo de la laguna que va desde el final del N al inicio del V). El remedio consiste, como luego se verá, en «producir», en «crear» una divinidad que reúna, al mismo tiempo, todas las características poderosas, inquietas, belicosas y nefastas de Ištar. Dicho de otro modo, se trata de enfrentarla con un sosias -tema ya conocido dentro de la literatura local y que, aparece principalmente, en la Epopeya de Gilgameš (tabl. 1-III) cuando, para matar al héroe, se crea y se presenta un coloso de su mismo tamaño y fuerza con el que, de entrada, aquél tendrá que medirse: Enkidu. Éa, que ha recibido de los dioses el encargo de llevar a cabo dicho proyecto, que es ele su propia competencia (v: 14′- 21′), realiza su misión con rapidez (v: 23′-33′).

Para la fabricación de este sosias se sirve, al igual que en muchos otros casos en los que, repentinamente, debe proceder a la creación de seres de segundo rango (comp. con 14: 219) o efímeros, de la «tierra» que ensucia sus uñas: con ella moldea y «cuece» (se trata, por tanto, ele una estatua ele arcilla a la que, posteriormente, se dota de vicia) un personaje femenino, similar a Ištar, al que denomina con el programático nombre de Saltu: «Querella». Este personaje también tiene que ser fundamentalmente molesto, agresivo y batallador. La descripción (v: 35′-VI: 13) que de ella ofrece nuestro poema resulta, a este respecto, edificante. Ha sido creada con la expresa finalidad de «enfrentarse a Ištar», (v: 33′). Dicho de otra forma, Éa, que conoce a la perfección tanto los espíritus como los corazones, no sólo pretende que la diosa vea con sus propios ojos una imagen de sí misma, como si estuviese ante un espejo, y que ésta le resulte odiosa, sino que, además, tenga que soportar las mismas vejaciones que ella impone a los demás, con la finalidad de que la diosa calme sus ansias de gritos y trifulcas.

En efecto, tan pronto como «Querella» se pone en pie, Éa le ordena que busque y provoque a Ištar (VI: 14-VII: 9′), «con el fin de humillarla» (VI: 39). Éa describe a Ištar de una manera muy hábil y así, con la intención de que está enseñando a «Querella» las «características particulares» de la diosa, los rasgos que le pueden ayudar a reconocer a su adversario, con el fin de que sepa perfectamente a quien tiene que capturar, no hace más que excitar los celos de «Querella», a la que, en un principio, había persuadido de su absoluta superioridad (VII: 10′-vm: 25). Por este motivo «Querella», azuzada por las palabras de Éa, se precipita en busca de Ištar (VIII: 26 s.).

6. Ištar, informada de la existencia de «Querella», quiere saber más antes de enfrentarse a ella; por esta razón envía a su paje Ninšubur 129 (II/1: l’-29′) en busca de informes. Éste lleva a cabo su misión con precaución y sin perder tiempo -como de lejos: «para permanecer a salvo» (25’)-. El pasaje en que se describe el encuentro de las dos rivales se ha perdido (todo el inicio de U/u);- ¿comenzaría con una riña entre mujeres en toda regla o éstas se contentarían con un pugilato verbal? En el momento en que volvemos a recuperar la narración, se encuentran en pleno «discurso» (n: 24′): ¿acaso el autor quiso presentar su lucha declamatoria de acuerdo al modelo que le ofrecían esos enfrentamientos, tan típicos en la literatura local (VI, § 5), en los que cada uno de los contendientes intenta demostrar su «superioridad» (13′ y 17)?

La considerable laguna que sigue a estos versos (tres columnas enteras: m-v) nos impide llegar a conocer algunas peripecias del relato: más adelante (VII: 9), en nuestro poema, Éa alaba a Ištar por haber «eliminado» (¿u «ocultado»?, pues el término utilizado significa, básicamente, «hacer salir») a «Querella». De cualquier modo, a partir de la columna VI, y tal como se ve en el fragmento que se conserva, la rival de Ištar ha sido vencida y la diosa se queja ante Éa por haberla creado (VI: 8′-13′), antes de (sin que sepamos mucho acerca de lo sucedido en los dos tercios perdidos de esta misma columna) que la «haga desaparecer» (literalmente, y de acuerdo con un idiotismo conocido en acadio, «hacerla volver a su agujero» – VII: 2 ‘ s.), petición que Éa, en apariencia, se apresura a satisfacer gustosamente, pues el objetivo buscado ha sido conseguido del todo: «calmar» a Ištar mediante una saludable lección. De hecho, con la excepción de uno o dos confusos restos que se conservan de oscuras listas de nombres divinos del I milenio, no volvemos a encontrar, en la literatura religiosa a la divinidad Ṣaltu «Querella», ocupando algún lugar del panteón o del culto.

7. Llegados a este punto se manifiesta otra de las intenciones del mito. Al inicio de la columna VI, tras el enfrentamiento, perdido, de las dos rivales, Ištar recibe, de repente, el inesperado nombre de Agušaya con el que se la conocerá a partir de este momento (VII: 6; VIII: 13) y que debía ser lo suficientemente importante en este poema como para que se conociese generalmente por dicha denominación, tal como se puede leer en el colofón conservado en la tablilla II (VIII: 26). Es posible que la inclusión de este epíteto de Ištar se explicase o se justificase en uno de esos episodios anteriores que, desgraciadamente, hemos perdido.

Existen, sin embargo, otros ejemplos que testimonian el uso de esta denominación, bastante rara, tanto bajo esta forma como mediante otras similares, Gušaya y Gušêa, fácilmente relacionables con la batalla, los gritos bélicos, etc. Se trata, por tanto, como cabía esperar, de una designación propia de la Ištar guerrera. Desconocemos el origen de dicho nombre, aunque existe una etimología, muy probablemente «popular», que se manifiesta en las deliberadas asonancias de una invocación a Ištar realizada durante un ritual de exorcismo, Gušêa gâ’išat gûšâti, que relaciona dicho término con el verbo gâšu, que significa «girar», «bailar en círculo» y con el sustantivo relacionado con él gûštu (en plural gûšâtu/i), «baile giratorio», es decir, algo similar al «vals». Así pues, dicha invocación se podría traducir, de manera muy libre, como «Gušêa la que baila valses», la «bailarina de valses».

Estos dos términos reaparecen en nuestro mito y, en realidad, no lo hacen por azar: Ištar «baila valses» ante dioses y reyes, demostrando, así, su «virilidad», su bravura (I/II: 1); y en recuerdo de los motivos que suscitaron la creación de «Querella» (IV/II: 11-14), dicho de otro modo, en memoria de las circunstancias en que se apaciguó la belicosidad de Ištar, se ha instituido, tal como dice explícitamente el texto, un «baile» anual y popular que, al parecer, tiene lugar durante una fiesta general (VII: 15-19; el significado de la palabra parsimu, que puede hacer mención al momento ocupado por dichas fiestas dentro del calendario, sigue siendo enigmático). Se trata, con toda verosimilitud, de un rito colectivo de movimientos rítmicos del cuerpo que se relaciona por una parte sin que sepamos muy bien cómo, con la batalla y con la guerra y, por otra, con el personaje de Inanna/Ištar.

En el Lugal.e/20:137, la guerra es, al mismo tiempo, la danza de Inanna y la «fiesta de los hombres»; y en la Victoria de Inanna sobre el Ebih/J/10: 38 y 97 (ver en el presente capítulo § 13) se identifica con la «danza sagrada de Inanna» El verso 27 de Ištar en los Infiernos/18 también parece recordar las actividades saltadoras de la diosa. Existen muchos indicios que parecen sugerir que, durante la ejecución litúrgica de tal(es) danza(s), la diosa estaba representada por medio de su grupo de devotos y sectarios invertidos, sino travestidos, cínedes y afeminados, estrechamente relacionados con ella, desde sus propios orígenes a través de los mitos (14: 219 ss. Y§ 37; 18: 91 ss. y§ 55). Estos individuos, provistos, al mismo tiempo, de atributos femeninos y guerreros (ver VIII, 17) para evocar así, de la mejor manera posible, la doble personalidad de su patrona y su propia ambivalencia sexual, ejecutarían sus saltos en diversas ocasiones litúrgicas (comp. con 10: 174 s. y 17: 17)132.

Esta institución festiva sólo tiene sentido, de acuerdo, al menos, con la lógica del mito, si servía para conmemorar una considerable mejoría de la situación anterior a la intervención de Éa y durante la cual Ištar pudo dar libre curso a sus instintos agresivos, pendencieros y causantes de conflictos. Parece, por tanto, que la revoltosa diosa obtuvo la eliminación definitiva de su rival en su exclusivo beneficio a través de la promesa, hecha a Éa y al resto de los dioses (concesión que, en resumidas cuentas, era lo que quería lograr el sutil y retorcido Éa), de que a partir de ese momento disminuiría su papel de generadora y protectora de disputas y enfrentamientos.

Se trata, en suma, de la misma idea que se manifiesta al final de Enki, encargado de ordenar y organizar el mundo/ 6, VIII, § 7 s., cuando ella aparece como la única patrona de la Guerra y de las prerrogativas del vigor, la potencia y la superioridad que ésta implica, pero a condición de que no hiciese una demostración excesiva de ellas, de que renunciase a su perjudicial agitación. Como recuerdo de todo ello, el «vals» guerrero pasaría a sustituir a la guerra e Ištar recibiría el título de «bailarina del vals», (A)gušaya, que implica que, a partir de ese momento, utilizaría su excesiva vitalidad para «bailar el vals» y no para combatir. La diosa será recordada a través de la danza anual que, evidentemente, se celebraba en su honor. Por este mismo motivo, durante el desarrollo de dicha danza el humor de la diosa debía ser particularmente bueno para con aquellas personas que participaban en ella (II/VIII 15-24). El mito, así pues, parece ser una simple etiología del ritual, pero en realidad, va mucho más allá de esta simple finalidad.

8. Es posible que esta narración -al igual que, en cierta medida, sucede con Enki, encargado de organizar y ordenar el mundo/6, de la etapa más gloriosa de la III dinastía de Ur, aproximadamente unos tres siglos antes-, compuesta bajo el reinado del rey más grande de la época, Hammurabi (II/VIII: 24-28), en un principio conquistador y ensombrecido por guerras, luego, triunfante, próspero y pacífico, haya sido realizada para explicar y celebrar el final ele una larga época de tumultos guerreros y el inicio de una era de paz que se esperaba que no tuviese fin -mitología, por tanto, no de la Naturaleza sino de la Historia (§ 10)-.

Por este motivo, a fin de cuentas, estamos ante un poema dedicado a la gloria de Éa, el único que, con su inteligencia sutil y eficaz, recurriendo a la astucia y al procedimiento del «sosias», ha logrado vencer y calmar a la impetuosa y funesta Ištar guerrera. Este gran dios es también el centro de la doxología final (II/VIII: 15-24). El mito lleva, en su título, el nombre ele Ištar-Agušaya, pero su verdadero héroe era, única y exclusivamente, Éa.

Mitología Sumeria

La maldición de Agadé

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Boda de Dumuzi e Inanna

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Referencias

  • Samuel Noah Kramer, Jean Bottero (2004). Cuando los dioses hacían de hombres. Editorial: Akal. Págs. 220-235. ISBN 978-84-460-1762-2

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