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Inanna conocida como Ishtar para acadios y babilonios, es la diosa sumeria del amor, el sexo y la guerra. Protectora de Uruk. En Mesopotamia hubo multitud de celebraciones sobre esta deidad con unos rituales de lo más curioso. El día de año nuevo sumerio, el rey, se unía carnalmente con la diosa Inanna, siendo encarna esta por una de las sacerdotisas. Se escribían todo tipo de relatos y poemas en las tablillas de arcilla, representando el amor y el sexo entre los dioses.
En el año 2300 a.C. el pueblo sumerio le pertenecía a la princesa y sacerdotisa Enheduanna. Rendía culto a Nanna, dios de la luna y padre de Inanna. Iddin-Dagan fue el tercer rey de la primera dinastía de Isin según la “Lista Real Sumeria”, era conocido por participar en el «Rito del Matrimonio Sagrado». Su himno decía lo siguiente:
“Una vez realizado el acto carnal, se permite la entrada del pueblo cargado de ofrendas, al igual que de los músicos. Entonces se sirve un banquete”
Georges Roux – Mesopotamia: historia política, económica y cultural
Era una celebración donde el pueblo salía a festejar la unión, pues para los sumerios el sexo no era un tema tabú. Un día donde los solteros copulaban con sus concubinas y los matrimonios yacían en sus camas. Era el día donde la lujuria era practicada por todos los ciudadanos, ya fueran nobles o plebeyos. Todo este festejo era el más importante del año en nombre de la diosa Inanna.
Mitos de Inanna
El rey Urukagina
La virginidad no tenía ningún tipo de valor en Sumer y es más, en el matrimonio sumerio había unos seis meses de relaciones con sexo, y durante ese tiempo se podía romper el acuerdo prematrimonial si la cosa no funcionaba. Los sumerios no tenían prejuicios a la hora de copular en público, pues era un acto divino en nombre de la diosa Inanna. Pero llegaron reformas con el rey Urukagina.
Este gobernante eliminó la poliandria, esto significa, que una mujer en Sumeria podía estar en matrimonio con varios hombres. Al parecer cambió el sistema de leyes, si en el matrimonio la mujer se cansaba de tener hijos, le regalaba una esclava como concubina, donde los hijos tendrían el mismo derecho de herencia. Eso sí, la esposa podía tener amantes siempre y cuando el marido le diera permiso para ello. La homosexualidad tampoco estaba mal vista, pero si había condena de muerte en el incesto.
Clases de prostitución sagrada
En el culto sagrado a Inanna, las sacerdotisas eran prostitutas sagradas, aunque estaban las Naditu, un tipo de sacerdotisa que no practicaba el sexo. La prostitución que hoy conoces no tenía nada que ver con la de aquella época, pues entre los sumerios era un prestigio a nivel social, un oficio tan respetable como otro. Aunque hubo varias clases en el mundo de la prostitución.
Prostitutas simples
Estas mujeres buscaban clientes en puertos o entradas a las ciudades y muy respetadas por la labor que hacían.
Esposas de la cerveza
Estas mujeres eran esclavas de taberneros y tenían sexo delante de todo el mundo. A esta clase de mujeres si se les despreciaba, no por ser prostitutas, sino por ser esclavas.
Shamhatum
Mujeres de alto nivel, prostitutas prestigiosas que atendían a fieles de los templos. En ocasiones lo hacían gratis para tener más reconocimiento a nivel social.
Kulmashitum
Sacerdotisas de la prostitución sagrada, conocidas como «hieródulas», aunque estas son de bajo nivel. En muchas ocasiones eran viudas o huérfanas, de esta forma escapaban del hambre y adquirían prestigio a nivel social, aunque había una pega, solo se aceptaban a las que no tenían ningún defecto físico.
Kezertum
Hieródulas distintas a las demás, pues su pelo era de cabellos largos y rizados.
Assinum
Gracias a esta categoría podemos saber que en Sumeria la homosexualidad era bien aceptada. Los assinum eran hombres que se vestían y se maquillaban como mujeres, los travestis de toda la vida. Lo más curioso es que no hay ninguna tablilla que se hable del lesbianismo.
Ishtaritum
Había tanto mujeres como hombres, prostitución del clero sagrado de alto nivel. Esta categoría solo tenía sexo con ricos o gente de mucho poder. Lo hacían con el rey siendo la diosa Inanna reencarnada.
Una visión del sexo diferente
Orgullosos de ser infieles En Sumeria no parecía existir los celos en pareja, en un matrimonio era un orgullo si uno de los dos tenía sexo con una «hieródula» o con un Ishtaritum. De esta forma se entregaba tributo para el mantenimiento del templo. Mesopotamia con el tiempo fue cambiando, Acadia absorbe Sumeria y más tarde sería Babilonia quien reinaría aquellas tierras, volviéndose una civilización más patriarcal. Las sacerdotisas ya no pintaban nada, siendo los hombres los que mandaban y trataban a las mujeres como meros objetos para tener sexo.
Puedes ver también
Referencias
- Georges Roux (1990). Mesopotamia: Historia Política, Económica y Cultural. ISBN: 9788476001745
- Samuel Noah Kramer (1999). El Matrimonio Sagrado en la Antigua Súmer, PDF en Telegram. ISBN 8488810512